
Soy sacerdote católico y, antes que eso, enamorado del Misterio. De Dios, que me sorprende cada día. De lo invisible que sostiene lo visible. De lo eterno que se cuela en lo cotidiano. Soy peregrino del Misterio! Vivo entre palabras y silencios, entre lo sagrado y lo cotidiano. Me dedico a servir a Dios en el altar, en el confesionario, en las calles y, por supuesto, también en la escritura (aunque sería un atrevimiento innecesario autodenominarme “escritor”, bastante osado decirlo; digamos que soy alguien que no puede evitar escribir). Creo profundamente que la belleza en todas sus formas tiene el poder de despertar el alma y conducirla al Bien.
Escribo porque necesito pensar, y pienso porque no puedo dejar de buscar. Me interesan la teología, la literatura, la filosofía, el cine, la historias de mi gente, las cosas que se escuchan en la calle, en los pasillos, las preguntas grandes y los detalles pequeños. Tratando de reconciliar fe y razón, eternidad y presente ...
Aquí comparto reflexiones que nacen del Evangelio, de la experiencia pastoral, de los libros que me han marcado y de las conversaciones que dejan huella. Solo aspiro con que estas palabras sean, para quien las lea, un pequeño refugio o un punto de partida.
Ad Maiorem Dei gloriam!